"Ama a Dios "
Aprender sobre Dios nos acerca a comprender cómo actúa. Adorar a Dios nos permite descubrir su presencia. Pero amar a Dios con todo nuestro ser nos permite acercarnos a su corazón.
Aprender sobre Dios nos acerca a comprender cómo actúa. Adorar a Dios nos permite descubrir su presencia. Pero amar a Dios con todo nuestro ser nos permite acercarnos a su corazón.
No hay nada que se pueda comparar al amor de Dios. Es tan grande que puede levantarte en tus momentos más bajos, fortalecerte en tus momentos más débiles y animarte cuando estás lleno de dudas. Es más profundo que cualquier océano, imposible de medir y más hermoso que cualquier diamante. Su amor tiene poder para restaurar, gracia para redimir y fidelidad sin fin. Su amor te cubrirá, te abrazará y estará contigo dondequiera que vayas. En su amor siempre podemos encontrar paz para las pruebas de hoy y esperanza para los sueños de mañana.
Tómese un momento, cierre los ojos e imagine el universo. Hay miles de galaxias y miles de millones de estrellas, cada una en su lugar perfecto. Una estrella fugaz vuela maravillosamente por el terreno semioscuro.
Estamos en tiempos donde queremos todo rápido. En donde deseamos ver los logros, milagros, tener la contestación de nuestra oración al instante sin tener que pasar por el proceso. Si tomamos tiempo en admirar y contemplar cuán bello y necesario es el proceso, no vamos a desaprovechar las lecciones, ni los llantos, ni las incomodidades que pasamos en la vida. Mejor es pasar por TODO el proceso y llegar a la meta, que llegar y tener que empezar de cero por no haber tomado todos los pasos necesarios. La meta es llegar no en plan de ser el primero. La meta no es competir con otros sino ser la mejor versión de nosotros mismos. Pasemos por el proceso reconociendo que no estamos solos. El Espíritu Santo nos guía para llegar a toda plenitud y cumplir nuestro propósito.
A veces recordamos de fallos anteriores o de sueños que nunca se realizaron y pensamos que hoy va hacer como la vez anterior. Lo que no nos recordamos es que ya no somos las mismas personas que el día anterior. Hemos aprendido de nuestros errores. Tenemos más experiencias y fuerzas que antes no teníamos. Las ideas son nuevas. Ahora vienen con sabiduría. No minimicemos lo que hemos vivido y aprendido en este caminar. Tal vez parezca imposible alcanzar nuestras metas pero recordemos no estamos empezando de cero y lo primero que tiene que hacer es tomar el primer paso. Todo es posible; tal vez no de la manera que esperamos pero la meta siempre debe ser la misma: alcanzar nuevas metas en Dios y reconocerlo en todo lo que emprendamos. Cumplamos nuestro propósito.
Intentamos y nos levantamos de nuevo para volverlo hacer de nuevo. A veces se logra la primera vez o la segunda vez, pero a veces se toma más tiempo de lo que nos gustaría. En momentos así, hay que parar y preguntarle a Dios que es lo nos está enseñando. El Gran YO SOY nos quiere demostrar algo; Dios nos está equipando. Reconozcamos a Dios en todo nuestro caminar y en todo lo que logramos e intentamos lograr. Parte de nuestro crecimiento es reconocer que dependo de Él y lo necesito. Dios en su infinito amor nos moldea día tras día. No esperemos hacer perfectos sino en hacer la voluntad de Dios; de hacer lo que hemos sido separados para hacer. Sabiendo que todavía hay mucho que aprender y no lo hemos alcanzado todo. Cuando uno entiende esto entonces aprendemos lo que es "Gracia"... No solo para otros sino también para uno mismo.
No sé si le ha pasado a usted, pero en este caminar a veces se siente bien abrumador. Que uno se queda sin fuerzas. Se siente que estamos dando los últimos intentos para seguir adelante. Como si todo nos va mal. Como si todo está en nuestra contra. Como si el universo se puso en contra de nosotros.
Todo lo que tenemos es hoy. Piense en lo que ha logrado usted hoy. Con todas sus altas y bajas hemos aprendido algo nuevo, alcanzado una nueva meta, hemos visto algo hermoso, hemos escuchado algo tierno, pero algo bello no importando cuan chiquito e insignificante algo que usted hizo hoy contó. Somos importante para Dios y lo que nosotros emprendemos Dios es exaltado. Por eso hoy cuenta. Recuerde hoy dedicar su tiempo en hacer algo de lo que se sentirá orgulloso cuando mire hacia atrás.
Es bien fácil ocuparse en cosas que nos alejan de llegar a la meta que nos hemos propuesto, pero también procrastinamos perdiendo las oportunidades en lograr metas que son alcanzables. Somos responsables de nuestro tiempo y como lo invertimos. Como dice mi mamá, " No dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy." Aprovechemos el día que tenemos ya que mañana no nos lo es prometido.
A veces nos complicamos tanto la vida por compararnos con otros y tratamos de ser quien no somos. Teniendo una definición equivocada del éxito. En realidad, necesitamos ser expertos en ser nosotros mismos. Cada día es una nueva oportunidad de ser una mejor persona de lo fuimos ayer. Se necesita valor para aceptar nuestros errores, para confrontar nuestras debilidades, y aprender de lo vivido. Por eso hay que prepararnos, seguir trabajando sin desmayar, y aprender algo nuevo diariamente. Ser lo mejor que podamos ser con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe.
La vida nos ha enseñado tanto que no podemos ignorar que el hacer nos ha hecho aprender. Cuánto más no tenemos que aplicarnos en algo que nos interesa. Si queremos seguir alcanzando nuevas metas tenemos que aplicarnos si no la vida nos va enseñar de igual manera. Que bellos es aprender y enfocarnos en el ámbito espiritual. Siempre nos tenemos que recordar que tenemos un propósito divino y estamos aquí para mejorar y hacer con excelencia diariamente nuestra encomienda por Dios. Seguir cosechando en lo espiritual en lo privado y en lo público y Dios siempre será exaltado. Nuestros frutos se verán y serán de bendición a otros.
Es difícil ser desafiado. A las personas les gusta saber exactamente lo que están haciendo y mantenerse dentro de su zona de confort. Pero necesitamos un desafío para aprender y crecer. El desafío no tiene por qué ser malo, incluso si está fuera de su zona de confort, recuerde que esto lo ayudará a crecer. Es de suma importancia buscar oportunidades en donde podemos ver a Dios glorificarse en nuestras vidas. No podemos permitir que los miedos ni las dudas nos dejen estancados en donde Dios quiere hacernos crecer y madurar. Dile sí al desafío y verás habilidades en ti que nunca pensaste tener. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13).
Sea quien sea, ya sea que la gente lo esté mirando o no. No hagas algo para que alguien se dé cuenta. Sea el mejor "usted" cuando las personas estén prestando atención, e incluso cuando no lo estén. Te lo agradecerás más tarde. En este caminar nos tenemos que recordar que todo lo que hacemos es para glorificar a Dios y por que estamos siendo obediente a lo que Él nos está encomendando hacer. Siempre van haber personas que van a dudar o no van entender el llamado de Dios para su vida. Usted haga lo que Dios le ha encomendado ya que Él ve más allá de nuestra capacidad. Cumpla Su propósito para su vida para Dios para que Dios sea exaltado y no para que el alguien nos de crédito.
Hay un pensamiento que se está infiltrando en la iglesia es "si ellos lo están haciendo yo tambien lo puedo hacer." Con este pensar, uno se queda atrapado en lo que hacen otras personas. Si la gente está holgazaneando, uno se siente justificado en no esforzarse tanto como debería. O se puede justificar todo lo que se hace con "al menos no estoy haciendo lo que está haciendo esa persona". La verdad es que todo lo que tenemos control son nuestras propias acciones. Tenemos la capacidad de hacer grandes cosas si no nos dejamos atrapar por otras personas y lo que están haciendo. Nosotros no vemos o no alcanzamos todo lo que somos capaces de hacer o lo que Dios tiene para nosotros si seguimos pendientes de otros y no en las metas que nos proponemos alcanzar. Permita que Dios exceda todas sus expectaciones y siga dando los pasos necesarios para glorificar a Dios en todo lo que emprenda.
Las emociones son poderosas. Nuestras emociones pueden convencernos de prácticamente cualquier cosa. Dicho esto, es tan importante para nuestro bienestar que no operamos únicamente en nuestras emociones. Tenemos el poder de mirar más allá de un mal día o de pensar más allá de cómo nos sentimos. Dios nos guia si le permitimos ser primero en nuestra vida. En medio de las altas y bajas de la vida nuestra si permitimos que nuestras emociones nos domine entonces perdemos el enfoque de porque empezamos ciertas metas. Recuerde que las metas que glorifican a Dios es Dios mismo que la puso en nuestros corazones. Con el querer triunfar, Él mismo nos da las fuerzas, la sabiduría, y las oportunidades para lograrlo. No permitamos que nuestras emociones, dudas, y miedos nos desenfoque de las metas que hemos proyectado alcanzar.
El verdadero éxito se logra sólo a través de la pasión. Si optamos por invertir nuestro tiempo en dónde están nuestras pasiones, encontraremos el éxito. Si aportamos pasión a todo lo que hacemos, también podemos tener éxito. Creo que es fácil quedar atrapado en lo que otras personas piensan que deberíamos hacer o quiénes creen que deberíamos ser. Para encontrar un éxito satisfactorio en lo que hacemos, tenemos que hacer lo que amamos confiando que Dios guia nuestros pasos. Si hacemos todo delante de nosotros con ganas, interés, dedicación, logramos el éxito porque lo hacemos con excelencia para Dios y vemos Su favor y misericordia en lo que emprendemos. Hacer las cosas a mitad o sin pasión queda como una buena idea que nunca llegó a florecer. Hagamos todo con amor porque Dios es AMOR.
La percepción lo es todo. Cuando nos obsesionamos con los problemas del semestre, del diario vivir, podemos sentirnos fácilmente absorbidos por la negatividad. Una perspectiva positiva puede cambiar por completo cómo nos sentimos sobre el semestre, sobre las asignaciones y el lugar en el que nos encontramos en nuestras vidas. Manténgase positivo, con una meta de llegar al final, y no se conforme con ver todo desde un lente negativo cuando las cosas se pongan difíciles. La victoria llega cuando uno no se rinde y logra lo que se propone. Seguimos tomando un paso a la vez a una meta más que tenemos para conquistar.
A lo largo del semestre, el miedo o duda se infiltra en nuestras vidas. Empezamos a sentirnos desmotivados o incluso un poco desanimados para seguir adelante. Ya sea que se trate de un proyecto largo, una tarea difícil, un tema desafiante o simplemente hemos tenido un día largo con los haceres de la casa y la rutina de nuestro trabajo cotidiano, hay muchos días desalentadores en nuestra vida de estudio. Pero eso no puede evitar que sigamos adelante para alcanzar nuestras metas y perseguir nuestros sueños. Tenemos que vivir por las cosas que nos hacen sentir vivos.
Tenemos que hacer más que solo pensar o desear ser mejores odiferentes o querer lograr algo nuevo. Se trata de las acciones que hacemos para llegar a donde queremos estar. Tenemos que seguir trabajando en nosotros mismos y en lo que queremos lograr. La vida requiere que demos un paso adelante y salgamos de nuestra zona de
Hoy es el día perfecto para hacer lo tiene que hacer. Hoy es el día para hacer lo que necesita hacer, hacer lo que debe hacer, hacer lo que tiene miedo hacer, y hacer lo que duda hacer. Hoy es el día para hacer esa asignación que está contemplando, limpiar lo que sigue procrastinando, vaciar lo que sabe que tiene cosas que botar. Hoy es el día para escribir ese poema, ese libro, esa predicación. A veces tenemos tiempo para hacer lo que no nos edifica. Hacer cosas que no nos hacen llegar a la meta. Hacemos todo lo que nos ocupa, nos roba las oportunidades para cumplir nuestro propósito. Hoy es el día perfecto para lograr una meta más, tomar otro paso de fe, y cumplir nuestro propósito divino. Pongamos las cosas de Dios en primer lugar y veremos cómo Dios se glorifica en lo que emprendamos. Como dice el dicho muy conocido, "No deje para mañana lo que puede hacer HOY."
A veces recordamos de fallos anteriores o de sueños que nunca se realizaron y pensamos que hoy va hacer como la vez anterior. Lo que no nos recordamos es que ya no somos las mismas personas que el día anterior. Hemos aprendido de nuestros errores. Tenemos más experiencias y fuerzas que antes no teníamos. Las ideas son nuevas. Ahora vienen con sabiduría. No minimicemos lo que hemos vivido y aprendido en este caminar. Tal vez parezca imposible alcanzar nuestras metas pero recordemos no estamos empezando de cero y lo primero que tiene que hacer es tomar el primer paso. Todo es posible; tal vez no de la manera que esperamos pero la meta siempre debe ser la misma: alcanzar nuevas metas en Dios y reconocerlo en todo lo que emprendamos. Cumplamos nuestro propósito.
No sé si le ha pasado a usted, pero en este caminar a veces se siente bien abrumador. Que uno se queda sin fuerzas. Se siente que estamos dando los últimos intentos para seguir adelante. Como si todo nos va mal. Como si todo está en nuestra contra. Como si el universo se puso en contra de nosotros.